La Creación del Mundo en versión Andaluza
Ar
prinsipio tó era oscuriá y Dió nuestro señó creó la lú. Asín le queó to
enfocao, pero no había casi de ná y era aburrío. Entonse se rascó la
cabesa y se dijo: -¡Joé que muermo: ví a creá argo má grasioso! E
hiso las planta vegetale y los yerbajo. Pero entoavía era soso er mundo y
Dió se jartaba de eshar la siesta porque aún saburría. -Yastá, -pensó-, haré lo animale pa que se meneen un poquiyo y me den argo de chou espestacular... e hiso lo bishos. Le
salieron de tó los tamaño y colore: pelúos, plumaos, carvos, con pata y
sin pata, con diente y sin diente, manso y cabrone, y de tó asín en
generá. Aluego lo que pasó es que Dió nuestro señó no sabía cómo
repartirlos pol planeta, que era entonse un paraíso terrená bastante
apañao, y desidió lo siguiente: los tiró a tos ar mar oseánico. A los
que nadaron los llamó pescaos y setáceos. A los que se cagaron de mieo y
se liaron a nadar como locos hasta la orilla los llamó animale
terrestre purmonare. A los que se salieron der agua volando y se
escondieron en lo árbole los llamó pájaro volaore. Y a los que se
ajogaron los llamó cadávere. Pero aún asín, Dió el supremo creadó der
universo se seguía aburriendo... y por eso hiso ar hombre. Er hombre
estaba solo y se mataba a pajillas, se refrotaba en los árbole como un
oso, y le salían ronshas ener nabo genitá. Fue asín que le pidió a Dió
que le hisiera una pareja como lo demás bisho, que estaban tós ennoviaos
meno él. Dió se compadesió y le arrancó de cuajo una costilla. Adán,
que se llamaba er tío, se retorsió como un sarmiento, (y si no sus lo
creei probá de arrancarse una costilla y veréi), y con la costilla le
fabricó una hembra que se llamó Evarista, pero la llamaban familiarmente
Eva pa que fuera má corto. Adán y Eva se jartaban de follá, pero
como tó lo repetío cansa, el Adán ar cabo de do año ya se liaba con toas
las mona y las oveja y las marrana der paraíso, con lo cuar la Eva le
pidió la separasión mu enfadá, pero como no estaban casaos no se
pudieron desepará, y siguieron a lo suyo, y ar cabo der tiempo er Dió
topoderoso se vorvió a de aburrí, y se le ocurrió que pa que no fuera tó
tan fásil ener paraíso se tenía que inventá argo pa darle emosión.
Entonse se sacó una ley que desía que to lo que había ener paraíso se
podía comé menos la serpiente. Y asín estando un día la Eva y el Adán
tocándose los guebo como siempre debajo de una higuera, aparesío por
entre las rama una serpiente gorda y hermosa que venía a ofreserles una
mansana golden cojonua pa que la probaran. El Adán y la Eva, que
vieron aquello de una serpiente con una mansana en la boca, le atisaron
un peñaso y se la hisieron al horno. Dió nuestro señó se dio cuenta de
que le habían desobedesío y entonse mandó un angelote antidisturbio con
porra de fuego y casco de pluma pa que los espursara der paraíso terrená
y se fueran a tomar por culo... y ahí sacabó la güena vida. La que hay
ahora ya la conoséi ustede, y no me quiero poné de pesao, pero asín fue
la cosa y por eso nos va como nos va.
Texto Anónimo
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